Despido Procedente: Causas, Indemnización y Paro

En ocasiones, pueden ocurrir eventos en el puesto de trabajo que acarreen acciones drásticas, como el despido. Sin embargo, no siempre las faltas pueden estar ligadas a este tipo de correctivo, por lo que existen ciertos parámetros que pueden hacer que la acción sea válida o no. Es precisamente cuando se corrobora que el despido ha sido justificado, que se considera como procedente.

Cuando un empleado es despedido, puede acudir a los medios legales para solicitar una verificación de su caso, si considera que esto puede haber sido injusto o excesivo. En estos casos, es un juez el que se encarga de estudiar la situación, y dictaminar si la empresa está en lo correcto o no.

Legalmente, un despido puede tener diferentes denominaciones, de acuerdo a lo que considere el juez, pudiendo ser procedente, improcedente o nulo. En este post nos enfocaremos en el tipo de despido procedente, para que sepas cuándo puede ser aplicado, y las consecuencias que te traerán en caso de que pases por esta situación.

¿Qué es un despido procedente?

Por definición, un despido procedente es aquel que se ajusta a los estatutos legales. Esto quiere decir que se trata de un tipo de despido justificado, que ha sido declarado legalmente válido, gracias a que el empleador tiene los motivos correctos para realizar el despido y ha cumplido con todas las normativas que exige la ley en estos casos.

Para que sea válido, el despido debe haber sido manifestado por escrito, con un tiempo de antelación de 15 días, donde se hayan expuesto los motivos que han llevado a tomar la decisión y; al mismo tiempo, se debe especificar la fecha en la cual terminará la relación laboral entre la empresa y el empleado.

Causas de despido procedente

Un despido procedente puede ser ocasionado por distintas causas. Éstas se clasifican en disciplinarias, colectivas y objetivas, que pueden ser de diversa naturaleza.

Los motivos del despido procedente están establecidos en el Estatuto de los Trabajadores, donde se especifican los causantes que pueden conllevar a la finalización del contrato de manera unilateral.

Las más comunes suelen ser las causas disciplinarias, que están directamente ligadas con acciones realizadas por el empleado; pero las demás razones también pueden desenlazar en un despido procedente.

Causas disciplinarias

Como hemos mencionado, estas causas están estrechamente relacionadas con el proceder del empleado, donde se toma la decisión de despedirlo por acciones que lo posicionen como culpable directo.

De acuerdo al artículo 54 del Estatuto de los trabajadores, tenemos las siguientes:

• Faltas constantes y sin justificación al puesto de trabajo
• Desobediencia al recibir órdenes
• Cualquier tipo de ofensas, bien sean verbales o físicas al empleador o a algún miembro del equipo de trabajo
• Abuso de la confianza que se le ha proporcionado
• Disminución del rendimiento laboral que se había pautado
• Abuso de sustancias alcohólicas o psicotrópicas durante el horario de trabajo
• Cualquier tipo de acoso o discriminación al empresario o, a alguno de los miembros del equipo de trabajo

Causas colectivas

Éstas se contemplan en el artículo 51 del Estatutos de los trabajadores, especialmente en el punto número 1; donde se indica que se puede proceder a un despido colectivo justificado, cuando la empresa ha incurrido por un periodo de 90 días en problemas que le acarreen pérdidas significativas. Estas deben haber afectado a un número significativo de trabajadores, a razón de:

• 10 empleados en empresas con menos de 100 trabajadores
• El 10% de los empleados en empresas con más de 100 trabajadores pero menos de 300
• 30 trabajadores de las empresas con más de 300 empleados

Causas objetivas

Se trata de aquellas acciones que no han sido cometidas directamente por el empleado, pero que por ciertos motivos pueden justificar su despido. Por ejemplo:

• Ineptitud conocida, luego de haberlo colocado efectivamente en un puesto laboral en la empresa.
• Falta de adecuación a las condiciones del puesto de trabajo, surgidas como consecuencia de modificaciones de las características del mismo. En este caso, la ley contempla que el empresario debe ofrecerle al empleado una capacitación adecuada, por un tiempo prudente, para que éste se adapte a los cambios.

También establece que no se podrá tomar ninguna acción hasta que hayan transcurrido como mínimo dos meses desde que se introdujo la modificación o se culminó el proceso de inducción.

• Por razones técnicas, organizativas o de producción de la empresa, que acarreen pérdidas significativas, pero que no afecten el mínimo requerido en el artículo 51.1 de los estatutos, de modo que no se justifique el despido colectivo.

Indemnización por despido procedente

Existen casos donde el empleado puede acceder a una indemnización, aun cuando haya terminado la relación laboral por medio de un despido procedente; pero esto se limita a la causa que haya dado origen a la acción de despido.

• En el caso de haber sido despedido por causas disciplinarias, el empleado no tendrá posibilidad de indemnización alguna, si ha sido declarado como un despido procedente.
• Pero en cambio, cuando el despido es por razones objetivas o colectivas, el empleado tendrá la posibilidad de solicitar una indemnización de hasta 20 días por cada año que haya laborado en la empresa.

¿Tengo derecho a cobrar el paro?

Aun cuando el empleado haya salido de la empresa por un despido procedente, tiene derecho a acceder a los beneficios de la prestación por desempleo; siempre que cumpla con los demás requisitos exigidos para ello.

Si has sido despedido recientemente, recuerda que tienes un plazo de 20 días hábiles para solicitar por vía judicial que el juez evalúe tu caso. Durante ese lapso de tiempo, puedes ir adelantando los trámites relacionados al paro y la actualización de tu currículum vitae básico.

Para pedir la prestación por desempleo deberás solicitar tu cita SEPE. En caso de que ya lo hayas hecho, tendrás la opción de consultar cita SEPE a través de los medios disponibles y así saber en qué momento debes asistir.

En algunos casos, es común que con los trámites que se están realizando en paralelo, sea necesario postergar tus compromisos. Por ello es conveniente que sepas cómo cambiar la cita previa en el SEPE, por cualquier imprevisto que se presente.

Ten en cuenta que la única forma para hacerlo es que procedas a anular cita SEPE y solicites una nueva fecha.